Las cicatrices son una situación poco deseada para todos nosotros como personas, nadie quisiera necesitar una cirugía, y como consecuencia de ello tener una cicatriz, y nadie quisiera tener un trauma o accidente que genere una cicatriz, más aún si es en la cara, y peor cuando no existe ningún tratamiento mágico que las borre. La Cirugía Plástica busca, precisamente, mejorar la apariencia de las cicatrices, y ese manejo, no solo implica la realización de cirugías correctivas o reconstructivas, sino también la utilización de métodos médicos no quirúrgicos para mejorarlas.
La Cirugía Estética, como rama de la Cirugía Plástica, deja en sus procedimientos cicatrices, pero que son poco perceptibles, puesto que los Cirujanos Plásticos ubicamos las heridas en lugares y posiciones que van a favorecer la cicatrización y como consecuencia la cicatriz va a ser poco visible, especialmente en cara y en senos. La Cirugía Reconstructiva, como rama de la Cirugía Plástica, busca tratar las cicatrices que son perceptibles, evidentes o anormales, y esto lo podernos hacer según el tipo de cicatriz (plana, deprimida, ensanchada, hipertrófica, queloide), según la localización y orientación de la misma, y también tiene una influencia muy importante el tipo de cicatrización de cada persona, o como popularmente decimos “genética de la cicatrización”.
En cuanto al manejo médico, en toda cicatriz reciente es necesario hacer un masaje fuerte circular con presión sobre la cicatriz, a partir de la tercera o cuarta semana de realizada la sutura o cierre de la herida, adicionalmente debemos hidratar la piel con cremas hidratantes y favorecemos el masaje compresivo con cremas especiales indicadas según el tipo de cicatriz (no se usa lo mismo en una cicatriz plana que en una cicatriz hipertrófica). En algunos casos, y más en cicatrices de más de 3 meses, puede requerirse la colocación de láminas de presión tipo silicona y otras similares a base de aceites naturales, e incluso la utilización de sistemas compresivos como lycras en casos más severos.
Cuando la cicatrización es hipertrófica, o es queloidea, podemos acudir a la aplicación de sustancias intracicatrizales, lo cual se realiza en el consultorio, con medicamentos como los corticoides o algunos otros medicamentos de uso en quimioterapia, especialmente en el caso de los queloides que son tumores cicatrizales benignos de muy difícil manejo.
Adicionalmente, existen métodos como el uso del LASER, del cual también hay diferentes tipos, pero generalmente actúan más en la mejoría del color de la cicatriz y en el aumento del colágeno para disminuir la depresión o profundidad de las cicatrices, siendo menos útiles en cicatrices engrosadas o hipertróficas.
El manejo quirúrgico de una cicatriz, solo está indicado, si el manejo médico no fue suficiente para mejorarla, y generalmente se da cuando la cicatriz tiene una orientación contraria a las líneas de menor tensión en cara o cuerpo, y esto se evidencia por el ensanchamiento, depresión o engrosamiento de la cicatriz. Para esto existen diferentes técnicas con indicaciones específicas según la apariencia, orientación o localización de la cicatriz, y somos los Cirujanos Plásticos quienes realizamos este tipo de cirugías.
En conclusión, ante la presencia de una cicatriz, se debe acudir a consulta con el Cirujano Plástico para dar inicio al manejo de la cicatrización, en busca del mejor resultado posible.