La rinoplastia se puede realizar por dos vías: 1. Abierta, con cicatríz a través de la columela, casi imperceptible; 2. Cerrada, con cicatriz interna a través de la mucosa, pero con menor acceso directo a todos los tejidos.
Este procedimiento tiene una duración entre una y tres horas según las estructuras a tratar. Se realiza generalmente bajo anestesia general y en pocos casos con local. Es ambulatoria a excepción que existan condiciones clínicas en el paciente que justifiquen una hospitalización.
En el postoperatorio se producen inflamación, equímosis (morados) alrededor de los ojos, sangrado nasal escaso, congestión nasal, dolor leve, los cuales duran alrededor de dos semanas.
Dentro de los eventos adversos se encuentran sangrados, infecciones, persistencia de deformidades por memoria de los cartílagos, desviación nasal, obstrucción nasal temporal, cicatrices, heridas abiertas o dehiscencias. Los riesgos anestésicos y quirúrgicos son similares a cualquier otro procedimiento quirúrgico. Es importante saber que los resultados de esta cirugía no son altamente predecibles y en un 10% de los casos son necesarios los retoques quirúrgicos posteriores como procedimientos menores con anestesia local.
La recuperación implica el uso de vendajes nasales durante tres a cuatro semanas, férulas, suero nasal y descongestionantes, analgésicos y anti-inflamatorios orales, hielo local, dormir semisentado, realizar actividades diarias sin grandes esfuerzos durante una semana, protección solar, controles médicos, paciencia para esperar resultados definitivos entre los tres y los seis meses. La incapacidad depende básicamente del tipo de cirugía y de la actividad laboral del paciente por la inflamación y los morados, pero puede estar entre tres a quince días.