Cirugía Corporal

Lipoescultura

Lipoescultura

La lipoescultura es el procedimiento quirúrgico que consiste en moldear el contorno corporal al romper y succionar el tejido adiposo o graso mal localizado y acumulado en alguna zona del cuerpo (también conocida como liposucción), disminuyendo el volumen de ese acúmulo en la zona corporal y dándole una forma más armónica y estética al cuerpo del paciente, incluyendo además, según sea necesario, la infiltración o no de parte de ese tejido graso succionado recuperado en alguna zona corporal que requiera un mayor volumen (lipoinyección).

Está totalmente indicada en pacientes que tienen acúmulos adiposos mal localizados que dan una inadecuada apariencia física a nivel del abdomen, tórax, axilas, espalda, cintura, muslos, y/o brazos, pero que a pesar de esos “gorditos” tienen un peso adecuado para su estatura, o un índice de masa corporal menor a 25, además de ser pacientes sin enfermedades de base. Existen indicaciones relativas en pacientes con similares características físicas pero cuyo peso está por encima del ideal con respecto a su estatura con un índice de masa corporal no mayor a 28, tratándose de sobrepeso, y sin enfermedades de base; o con peso normal y enfermedades de base controladas como la hipertensión arterial o el hipotiroidismo. “No es una cirugía para bajar de peso sino para moldear el cuerpo extrayendo grasa mal localizada, por consiguiente debería estar contraindicada en pacientes con sobrepeso mayor a 28, en obesos, y en pacientes con enfermedades de base no tratadas o no controladas”. Otra indicación adicional puede relacionarse con los hábitos de dieta y ejercicio; si un paciente tiene la esperanza de mejorar su contorno corporal solo con la lipoescultura y no es consciente de la necesidad de cambiar y mejorar sus hábitos de dieta y ejercicio no debería someterse a este procedimiento puesto que si continua con sus hábitos inadecuados volverá a acumular tejido graso y perderá el resultado de la cirugía en el transcurso de seis a doce meses. Es recomendado no realizar en lo posible liposucciones mayores a 5 litros conocidas como megaliposucciones, y en casos especiales hasta 7 litros. Se debe realizar en mayores de 18 años.

La lipoescultura se puede realizar a través de diferentes técnicas pero todas conducen a resultados similares. Existe la liposucción convencional, que al igual que en las demás, se infiltran soluciones osmóticas (solución salina o lactato de ringer – “suero”) en el tejido graso, en una proporción determinada, y posteriormente se extrae el tejido graso por succión con cánulas convencionales. Las otras técnicas combinan esta técnica tradicional con la asistencia de equipos de mayor tecnología que permiten extraer ese tejido graso con menor dificultad, menor sangrado y, menor dolor e inflamación, pero a un mayor costo, sin mayores diferencias en los riesgos sistémicos o generales del procedimiento; dentro de estas técnicas están el láser interno y el externo (lipólisis láser), el ultrasonido convencional y el VASER que es otro tipo de ultrasonido más selectivo, y el microaire (vibrolipoescultura), métodos que están indicados principalmente en pacientes a quienes ya se les realizaron liposucciones previas por la cicatrización interna o fibrosis, en pacientes con alta flacidez que requieren mejorar la contracción de la piel, y en quienes lo desean, en los demás casos tiene mayor indicación la liposucción convencional.

Este procedimiento tiene una duración variable de acuerdo a las zonas a tratar, oscilando entre una a cinco horas. En pacientes con acúmulos grasos muy pequeños y localizados se puede realizar bajo anestesia local pero en la mayoría de los casos se requerirá anestesia general o regional, siendo más segura la general por un mejor control de la respuesta del paciente a los cambios fisiopatológicos cardiovasculares y respiratorios, por el procedimiento en sí y por los cambios de posición durante el mismo. Es de carácter ambulatorio en la mayoría de los casos, sin embargo si existen condiciones clínicas en el paciente como la necesidad de una transfusión de sangre o enfermedades de base, si extraen volúmenes mayores a 5 litros, o se combina con otros procedimientos quirúrgicos estéticos mayores como la abdominoplastia – la mamoplastia reductora – o la ritidoplastia, es mejor hospitalizar al paciente para vigilancia durante el tiempo que sea necesario para estabilizarlo, generalmente entre uno a tres días.

En el postoperatorio se producen dolor, inflamación, morados (equimosis), drenaje seroso y sanguinolento, síntomas de anemia como debilidad y “mareo” al permanecer mucho tiempo de pie o al levantarse  por los cambios de posición. La duración promedio de estos síntomas es de una semana.

Dentro de los eventos adversos pueden presentarse sangrados, anemia con respuesta generalizada, infecciones, ampollas en la piel por alteraciones en la circulación por el trauma, cicatrización inadecuada, fibrosis por cicatrización interna, irregularidades del contorno; o situaciones de mayor gravedad como infecciones severas, edema pulmonar, embolismo graso, tromboembolismo pulmonar, y cualquier otro riesgo que se pueda presentar en un procedimiento quirúrgico y anestésico.

La recuperación implica el uso de analgésicos y antibióticos durante una semana, la permanencia de drenes y retiro de puntos alrededor de una semana, espuma por dos semanas, fajas por dos meses, caminar y movilizarse según la posibilidad desde el día siguiente de la cirugía, terapia con masajes para drenaje linfático y ultrasonido para fibrosis y tejido graso residual desde el quinto día del post-operatorio hasta casi el mes, controles médicos, hidratación de la piel con cremas. Puede iniciar actividad deportiva cuando el paciente lo tolere pero generalmente a partir de la semana. La incapacidad depende de la actividad laboral y de cómo se sienta el paciente pudiendo estar entre tres a siete días.

Galeria de Lipoescultura

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