La lipoestructura facial se realiza tomando los injertos del tejido graso a través de succión con jeringa, a nivel del abdomen preferiblemente, en poca cantidad, lo que no ocasiona irregularidades de la zona donante, dejándolos decantar para eliminar el material no graso, y aplicándolo con jeringa y agujas finas en las zonas a tratar, a través de pequeñas incisiones puntiformes sin cicatrices. De lo que se inyecta aproximadamente se integra o sobrevive entre un 50 a 70%.
Este procedimiento tiene una duración de acuerdo con las zonas a tratar pero puede estar entre treinta a noventa minutos. Se realiza generalmente con anestesia local a no ser que se acompañe de otro procedimiento que requiera anestesia general. Es de carácter ambulatorio generalmente, excepto que existan condiciones clínicas en el paciente que justifiquen una hospitalización.
En el postoperatorio se producen dolor leve, inflamación, morados leves (equimosis), tanto en la zona receptora como en la donante, con una duración aproximada de dos semanas.
Dentro de los eventos adversos pueden presentarse infecciones, hematomas, pérdida de los injertos en un porcentaje mayor al 50%, irregularidades y asimetrías. Los riesgos anestésicos y quirúrgicos son similares a los de otros procedimientos menores.
La recuperación implica el uso de analgésicos y antibióticos, protección solar, controles médicos. No se puede aplicar hielo local o masajearse porque se dañan los injertos. La incapacidad depende de la inflamación pero está alrededor de tres a siete días según la actividad del paciente.