Lipotransferencia Facial

Volumen natural, rejuvenecimiento estructural y definición facial con tu propia biología

La lipotransferencia facial —también conocida como lipoestructura facial o transferencia de grasa autóloga— es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que utiliza la grasa del propio paciente para restaurar volumen, corregir asimetrías y mejorar la calidad de la piel.

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En manos expertas, como las del Dr. Fabián Cuevas, esta técnica permite esculpir el rostro con absoluta naturalidad, respetando su estructura y expresión original.

Beneficios para el Paciente

Esta técnica mejora zonas con pérdida de volumen, como pómulos, surcos nasogenianos, sienes, línea mandibular o zona periorbitaria. Además de redefinir contornos, aporta beneficios regenerativos gracias a la riqueza en células madre de la grasa autóloga, mejorando la textura, hidratación y luminosidad de la piel. Todo esto sin recurrir a sustancias sintéticas ni implantes externos.

Tu Consulta con el Dr. Cuevas

Durante la consulta, el Dr. Cuevas evalúa la morfología facial, la distribución de grasa corporal, la calidad de la piel y las necesidades específicas del paciente. Junto con el análisis estético, se definen las áreas donantes y receptoras, el tipo de cánulas a utilizar y si la lipotransferencia se realizará como procedimiento único o en combinación con otras cirugías faciales como lifting, blefaroplastia o bichectomía.

El Procedimiento

La lipotransferencia facial se realiza bajo anestesia local con sedación. Primero se extrae una pequeña cantidad de grasa de zonas como el abdomen, los flancos o los muslos. Esta grasa es luego purificada y reinjertada en las zonas del rostro que requieren volumen o revitalización, mediante microcánulas finas que aseguran una integración armónica y sin irregularidades.

Recuperación y Resultados

Tras el procedimiento, puede presentarse inflamación leve o equimosis en las áreas tratadas. La recuperación es rápida, y la reincorporación a la vida cotidiana suele ocurrir en pocos días. Parte de la grasa injertada se reabsorbe de manera natural durante las primeras semanas, mientras que el resto se integra de forma permanente. El resultado final es progresivo, natural y duradero, con una piel visiblemente más joven, hidratada y estructuralmente equilibrada.

Tu propia biología, aplicada con arte quirúrgico, puede convertirse en la herramienta más segura para rejuvenecer tu rostro.

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